Terror

El extranjero abrió la ventana de su habitación, y deseo que el frío acallase por algunos momentos la voz de su demonio.

Tal como había previsto, no funcionó, porque el demonio estaba más agitado que nunca. Por primera vez en muchos años lo veía debilitado, y hubo algún momento en que noto que se alejaba de el, para volver enseguida, ni mas fuerte, ni mas débil, con su temperamento habitual. Moraba en el lado derecho de su cerebro, precisamente en la que gobierna la lógica y el raciocinio, pero nunca se había dejado ver físicamente, de modo que estaba obligado a imaginarse como debía ser. Intento retratarlo de mil maneras distintas, desde el diablo convencional con cuernos y rabo, hasta la imagen de un joven de veinte y pocos años, con pantalones negros, camisa azul, y una boina verde displicentemente colocada encima de sus cabellos negros.

Había escuchado su voz, por primera vez, en la isla donde viajo después de abandonar su mundo; estaba en la playa, sufría pero intentaba desesperadamente creer que aquel dolor tendría un final, cuando vio la puesta de sol más hermosa de su vida. Entonces, la desesperación se abatió sobre el con mas fuerza que nunca y descendió al abismo mas profundo de su alma, porque aquel atardecer merecía ser visto en compañía. Lloro compulsivamente, y presintió que nunca saldría del fondo de aquel pozo.

En ese momento, una voz simpática y amistosa le dijo que no estaba solo, que todo lo que le había sucedido tenia un sentido, y que el sentido era, precisamente, demostrarle que el destino de todas las personas ya esta trazado. La tragedia aparece siempre, y nada de lo que podamos hacer puede cambiar ni una línea del mal que nos espera.

“No existe el bien: la virtud solo es una de las caras del terror –le había dicho la voz-. Cuando el hombre lo entiende, se da cuenta de que este mundo no es otra cosa que una broma de Dios”

Después, la voz empezó a mostrarle las personas que tenia a su alrededor en la playa. Al abnegado padre de familia que empaquetaba cosas y ayudaba a sus hijos a ponerse el abrigo le gustaría tener una aventura con su secretaria pero le aterrorizaba la reacción de su mujer. A la mujer le gustaría trabajar y ser independiente, pero le aterrorizaba la reacción del marido, Los niños se portaban bien solo por miedo a los castigos. La chica que leía un libro, sola en un bar, fingía indiferencia, pero su alma estaba aterrorizada por la posibilidad de pasar sola el resto de su vida. El chico que hacia ejercicio con la raqueta estaba aterrorizado porque debía estar a la altura de las expectativas de sus padres. Al camarero que servia cócteles le aterrorizaba la idea de que pudieran despedirlo en cualquier momento. La chica que quería ser bailarina, pero estudiaba derecho por miedo a enfrentarse a la crítica de sus cercanos. El viejo que no fumaba ni bebía diciendo que así se conservaba en forma, cuando, en realidad, el terror a la muerte susurraba en sus oídos como el viento. La pareja que corría salpicando con el agua del rompiente, con una sonrisa en los labios, y el terror oculto de volverse viejos, aburridos, inválidos. El hombre que paro su lancha delante de todos y los saludo con la mano, sonriente, sintiendo terror porque podía perder su dinero de un momento a otro. El dueño del hotel, que contemplaba aquella escena paradisíaca desde su oficina, intentando que todos estuvieran contentos y animados, exigiendo el máximo de sus contadores, con el terror en el alma porque sabía que –por más honrado que fuese- Hacienda siempre descubría errores en la contabilidad.

Terror en cada una de las personas que había en aquella bonita playa, en aquel atardecer que dejaba sin aliento. Terror de quedarse solo, terror de la oscuridad que poblaba la imaginación de demonios, terror de hacer alguna cosa ajena al manual de urbanidad, terror al juicio de Dios, terror de los comentarios de los hombres, terror de la justicia que castigaba cualquier falta, terror de arriesgarse y perder, terror de ganar y tener que convivir con la envidia, terror de amar y ser rechazado, terror de pedir un aumento, de aceptar una invitación, de ir a lugares desconocidos, de no conseguir hablar una lengua extranjera, de no tener la capacidad de impresionar a los demás, de hacerse viejo, de morir, de hacerse notar por los defectos, de no ser notado por las cualidades, de no ser notado ni por defectos ni por cualidades.

Terror, terror, terror. La vida era un régimen de terror, la sombra de la guillotina. “Espero que esto te tranquilice –oyó decir a su Demonio-. Todos están aterrorizados; no estas solo. La única diferencia es que ya pasaste por lo más difícil; lo que mas temías ya se ha transformado en realidad. No tienes nada que perder, las otras personas que están en esta playa, en cambio, conviven con la proximidad del terror, algunos son mas conscientes, otros intentan ignorarlo, pero todos saben que existe y que, al final, los atrapara”

Por increíble que pueda parecer, aquello que estaba escuchando lo dejo mas aliviado, como si el sufrimiento ajeno disminuyera su dolor individual. A partir de entonces, la presencia del Demonio se torno cada vez más constante. Hacia dos años que convivía con el, y no le proporcionaba ni placer ni tristeza saber que se había apoderado completamente de su alma.

A medida que se familiarizaba con la compañía del Demonio procuraba saber más cosas sobre el, pero nada de lo que preguntaba obtenía una respuesta precisa:

“Es inútil que intentes averiguar porque existo. Si quieres una explicación, puedes decirte a ti mismo que soy la manera que Dios encontró para castigarte por haber cometido errores y actos de distracción”.



The Quan is Watching



Pd: La opcion de "justificar" del word es una porqueria.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenes dos caminos. O pensar que hay un destino predestinado (Valga la redundancia), que te da un pequeño "colchon" de seguridad.
O pensar que somos el resultado de una cantidad inconcebible de hechos improbables (Desde que el universo se haya creado con la exacta fuerza necesaria para seguir expandiendose hasta el tamaño que tenga ahora, y no al de una papa hervida para volver a contraerse. El que JUSTO estemos a la distancia JUSTA de un Sol que tiene el tamaño JUSTO, y que haya agua en el planeta, en donde espontaneamente se produjo vida despues de un par de millones de años, y que un pecesito se le haya ocurrido salir de algua, y que los dinosaurios se exitngan porque cae un meteorito, y que despues los mamiferos dominen el mundo, y los monos evolucionen, y de esos millones de monos, justo un par de monitos decidieron juntarse para que asi nazca: TENSAI!)
No hay red de seguridad, lo unico que es seguro es que nos vamos a morir. Pero somos algo tan increiblemente improbable que de repente todo es un poco mas lindo, no?
Debe haber mas probablididades de que alguien se gane todas las loterias del mundo a la vez, todos los dias, durante un par de años, a que uno de hecho EXISTA.







Somos un quilombo. Salud! (Esto lo podria poner en un blog, pero me afane la mitad del Discovery Channel, asi que ni da.)

Juan Pablo dijo...

Tenes dos caminos: en uno sos un pibe que labura y todos los dias mira por la ventana de su oficina/msn y piensa que tal vez haya algo mas allá que no comprendemos. En el otro sos un loco que compra cosas compulsivamente y siempre termina llorando cuando llega el final de "El Demoledor". Y en otro sos un tipo que no sabe contar. Uno de estos caminos tiene un futuro, el otro... dos.


Juan

PD: ¡TINO TOCATE EL OSO EN LA BATA!

AnHell dijo...

Terror...
ultimamente la gente piensa mucho en eso... esta totalmente atada a sus miedos....
es a tal extremo, que viven a la defensiva...

en fin.. pablo.. es tarde :P
saludos...

Juan Pablo dijo...

¡Mirá como lo leí todo con ganas! ¿Qué loco, no? Y la crítica es esta:

¡ABUSADOR DE LA TERCERA PERSONA! Pasando de lado eso esta bien. Maldito moralista ¬¬

¡Saludos!
JP